Combatir la crisis energética es vital

Nos encontramos ante una situación crítica que debemos afrontar juntos de forma urgente, porque cualquier exceso en el lugar más remoto del mundo, nos afecta a todos. Por ello, combatir la crisis energética es vital.

El cambio climático es el mayor reto al que nos enfrentamos hoy en día y detenerlo debería ser nuestra principal premisa como sociedad. En este sentido, la apuesta por energías limpias que no generen emisiones es clave para lograrlo.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España es uno de los países europeos con mayor potencial de aprovechamiento de las energías renovables. Los sectores que protagonizan la mayor posibilidad de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son la generación eléctrica y el transporte.

Diversas investigaciones dicen que ya hay países donde el 100% de la electricidad generada procede de fuentes renovables. Y otros muchos en los que ese porcentaje es mayor del 80%. De hecho, se han convertido en las fuentes de electricidad más baratas en muchos mercados.

De acuerdo con los Objetivos del Pacto Verde Europeo, La Unión Europea (UE) se ha comprometido a ser la primera zona climáticamente neutra en 2050, proponiendo aumentar en un 40% el aporte de fuentes de energía renovable en la combinación energética de la Unión.

En concordancia con estos objetivos, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Ley de Transición Ecológica buscan que el gobierno español alcance en 2030 un sistema eléctrico con, al menos, un 74% de generación a partir de energías renovables. Es más, para 2050 está previsto que España llegue a la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del petróleo, gas natural y carbón. Y como uno de los “primeros pasos”, La Agencia Internacional de Energía afirma que las predicciones apuntan a que la energía procedente de fuentes renovables como el sol o el viento, sobrepasarán a la del carbón o el gas en 2024.

Además, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) dice que esto transformará el sistema energético hacia una mayor autosuficiencia energética sobre la base de aprovechar de una manera eficiente el potencial renovable existente en nuestro país. Incidiendo de manera positiva en la seguridad energética nacional, puesto que disminuiría de manera significativa la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles, que suponen una elevada factura económica, sometida a factores geopolíticos y a una volatilidad elevada en los precios.

Sin embargo, según afirma Rafael Mateo, CEO de Acciona, en una entrevista del Diario de Navarra, “la crisis energética va a continuar y genera un entorno de volatilidad con el que tendremos que convivir durante bastante tiempo.” Uno de los remedios son las energías renovables, que ya hemos comentado, pero otros son las soluciones de eficiencia y electrificación, y diversas tecnologías innovadoras, para las cuales la investigación es un pilar fundamental.

Uno de los principios fundamentales que ha orientado la elaboración del PNIEC ha sido el de “primero, la eficiencia energética”. Las medidas de eficiencia son centrales en todos los sectores de la economía con especial mención al transporte y la industria. Estos van a ser los sectores clave para alcanzar la neutralidad climática en nuestro país, puesto que ambos representan más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero en España. Es más, se trata de dos sectores que están interconectados, dependen el uno del otro.

Existen formas de combatir la crisis energética. Una de ellas, quizás la más al alcance de todo ciudadano, es apostar por el transporte sostenible, que cada día cobra más protagonismo.

En lo referente al sector industrial, tan afectado por los elevados precios de la energía y de las materias primas, una manera de combatir este hecho es la gestión eficiente de las plantas de producción, que aparte de contribuir a bajar los precios, disminuirá las paradas de muchos procesos de producción y el cierre de algunas actividades. Para ello las empresas industriales deberán invertir en nuevas tecnologías que faciliten su eficiencia energética y aporten flexibilidad al sistema energético nacional.

Dentro de los objetivos nacionales de investigación, innovación y competitividad del gobierno español están:

• Orientar la investigación y desarrollo hacia la búsqueda de soluciones para los retos sociales y los objetivos de desarrollo sostenible
• Fomentar la colaboración público-privada y la investigación e innovación empresarial.
• Fortalecer la transferencia de tecnología del sistema público a la sociedad y la industria para facilitar la transición ecológica
• Colocar al ciudadano en el centro del modelo de transición energética y climática contribuyendo a que asuman un mayor protagonismo.

El nuevo paradigma energético está basado en las “4 Ds”, definidas en este artículo de la Revista Empresarial:

• Descarbonización: transformando las fuentes de energía contaminantes en fuentes renovables, para un menor impacto ambiental.
• Digitalización: en el caso de la industria eléctrica el proceso de transformación digital se relaciona directamente con la regulación del mercado eléctrico.
• Descentralización: creando nuevos modelos de negocios protagonizados por una economía colaborativa.
• Democratización: implica el acceso equitativo de todas las personas a la energía, tanto en términos de vivienda, como de nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocio.

Desde Grupo Álava trabajamos con unos objetivos claros de búsqueda de la energía limpia y la movilidad sostenible, porque creemos que solo así podemos construir un futuro justo para todos, y debemos hacerlo juntos.

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